De Todo Un Poco

Tema Asesinos Seriales

miércoles, 27 de enero de 2010

SEGUNDO OTOÑO

La invitación no llegó directamente. Fue más bien el incluirse en un recurso para mantener el contacto. @carlosegarcía prometió que daría detalles de su tan comentado y planeado viaje a Europa vía algo llamado twitter. Así que el culpable de su creciente afición (y en tantos casos distracción) era el más viejo amigo.

Como cada aproximadamente 54 días (promedio) recibió una llamada. Esta vez implicaba un refugio aun mayor el tener al oyente perfecto a su disposición. Alguna vez lo había descrito como un #almacompañera, siempre a la par especialmente en los momentos clave. Ni un momento de su vida adulta había dudado de su enorme fortuna al contar con alguien así de importante.

Entre la habitual decisión entre chela o café eligió chela… había mucho que contar. Demasiado.

El viaje a Europa, el reencuentro, el final de la universidad e inicio de la vida laboral, cambios familiares, los temas necesarios fueron abordados.

- Por cierto que por tu culpa soy adicta eh!

- Adicta? A qué?

- Pues a twitter!! Sé que tu eres un twittero firme pero más eventual… yo acepto que abuso a veces.

- ¿Seguro tienes alguna anécdota importante al respecto no? Cuéntame.

Pero no. Tenía algo más que contar. Algo más importante.

Entonces el cuento comenzó. El encuentro, la distancia, lo prohibido fue descrito todo con el detalle que su oído merecía. El silencio y el adiós desmenuzados día a día… dolor por dolor.

- Incluso tenía twitter

- ¿tenía o tiene?

- Bueno… existe pero… tenía

El peso de la sinceridad aprendida evitó que se detuviera. El relato continuó. La expectativa, el encuentro, el veneno. No se percató del cambio de luz en sus ojos hasta que, sonriendo, habló del efecto nevada de la ceniza de aquella casa admirada y anhelada. La hermosura del fuego, el secreto revelado sólo para él. Para esos oídos y esos ojos de tanto tiempo atrás… de traspiés adolescentes, de distancias y encuentros, de acompañamiento.

Todo estaba perdido. @carlosegarcía guardó silencio… por primera vez no hizo preguntas, no cambió el tema, no ahondó en el asunto. Solo tomó su tarro y bebió un sorbo. Llego el miedo. Entendía ahora que nadie jamás entendería, ni siquiera él su eterno compañero de confesiones. Había que hacer algo al respecto. Si era quien decía ser hubiera entendido comprendido. La nueva decisión estaba tomada.

Volvieron al auto y tomaron el camino a casa.

- Puedes parar en la esquina por favor

- ¿Por qué? No hay nada, sólo un baldío.

- Es que te tengo una sorpresa.

Se sorprendió de la capacidad de normalidad en la voz, en los ojos y movimientos. Bajo la bolsa donde siempre existían recursos para escribir.

- Y bien? ¿Qué sorpresa?

- Es más bien una confesión – dijo sonriendo con coquetería – bueno, otra.

- Dime – respondió secamente.

- En realidad quería decirte que es tu culpa. Que si tu no me hubieras metido a twitter no me hubiera enterado que él tenía cuenta. No hubiera pesado tanto su silencio.

- Pero –

- Es tu culpa porque siempre me has escuchado, pensé que también podría contarte esto… pero es evidente que no entiendes.

- No… no entiendo pero admiro como lo cuentas.

- No es suficiente, nada va a volver a ser igual.

- No le diré a nadie

- No es eso lo que me importa

- ¿Qué te importa entonces?

- Poder guardarte también

- Guardarme?

Es bueno tener siempre un arma blanca a la mano… un objeto punzocortante que combinado con el efecto sorpresa nos brinda un resultado mortal. Tal vez por ser quien era mereciera más sus palabras, pero lo que le llenó el corazón fue la tinta de aquella pluma fuente. El olor a sangre se perdió en el frío de la noche.

Que estás haciendo?

Caminando hacia mi casa, perdí mi aventón L - 3 minutes ago from TweetDeck


Continua...


@Idea_Q

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